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Entrevista a Jazzamoart


Hola chingones, entrevistamos al chingón del maestro Jazzamoart, pintor y músico. Jazzamoart ha mostrado su trabajo en más de quinientas exposiciones colectivas e individuales, en museos y galerías de México, Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá, Europa, Corea del Sur y Japón. Ha realizado escenografías e improvisaciones visuales para los principales exponentes del jazz internacional, como B.B. King, Ray Charles o Diana Krall.




¿Qué haces y por qué lo haces?

J: Desde niño que empecé a pintar, ahí era un juego, y no me percataba de que estaba iniciando una larga carrera y una vocación, bajo la custodia y enseñanza de mi padre y sus amigos. Pero ya en la actualidad, a estas alturas de la vida, pues pintar es una necesidad, es una manera de respirar, de sentirse en acción, de justificar tu existencia, de canalizar las emociones y de decir algo que también pueda compartir con los demás. Y si logro conmoverlos, arrancarles alguna emoción, alguna sensación de placer, o estética, o de recreación visual, de sueños, de aventuras imaginarias o de pensar en la posibilidad de otros mundos que están dentro de este camino del arte, de alguna manera logras que tu cometido como pintor tenga una plenitud en esta vida. Básicamente, pintar es, más allá del arte, más allá de la profesión y más allá de cualquier cosa, es una forma de vida. Y afortunadamente crecí en una familia donde había arte todo el tiempo: mi abuela era cantante de ópera y de zarzuela, y mi papá también cantaba agradable. Pero cuando estaba yo en el dilema de la originalidad, de tratar de ser diferente, de no parecerme a mis maestros y a toda la gente que admiraba, fue cuando se me cruzó el fenómeno del jazz, y descubrí que eso podría ser el gran pretexto de trabajo para toda mi vida, y así fue.


Eso fue el gran hallazgo de mi vida, porque eso me dio una disciplina muy particular, un enfoque de mi trabajo de pintar el jazz, tanto por fuera como por dentro. El músico como personaje y su atmósfera, lo que dicen los sonidos de los diferentes instrumentos y cómo atraparlos y cómo congelarlos y hacerlos, en este caso, música visible. Entonces pues ese es más o menos el gran discurso de mi trabajo de muchos años.


Pintar es, más allá del arte, más allá de la profesión y más allá de cualquier cosa, es una forma de vida

¿Cuándo descubriste tu pasión por el arte?

J:Yo creo que fue cuando ingresé a la academia de San Carlos, ahí entre mis compañeros y colegas había algunos que sabían mucho de música y que me hicieron descubrir a los grandes jazzistas de la historia, que cuando yo llegue a la academia, ya sabía algunos nombres, tenía ya algún conocimiento, pero me faltaba mucho. Entonces ahí, por ejemplo, al llegar a la academia empecé a descubrir a Charlie Parker, a Miles Davis, a Coltrane, a todos los grandes. Y en ese momento supe que había encontrado ese gran tesoro que me ha acompañado toda la vida, logré encontrar una veta inagotable que hasta la fecha y hasta el final de mis días de pintor seguiré trabajando. Además de otros personajes, de otras ideas y de otros mundos que son posibles de llevar a la pintura.


¿Qué te inspira?

J:Pues sobretodo me inspira la vida, estar vivo y sentirte fuerte, bien y optimista, más allá de lo que pase alrededor, más allá de toda la problemática existencial de este mundo, aparentemente más caótico. Este mundo tan lleno de información y de lluvia de ideas y de influencias, pues uno lo que tiene que hacer es dejarse llevar por tu sentimiento, por lo que quieres decir, y todo lo que llegue a tu trabajo será bienvenido, siempre y cuando lo canalices y lo metas a tu mundo. Ósea, todo lo que puedas absorber de los demás y de lo que te afecta, para bien y para mal, meterlo a tu mundo, y ese material pues evidentemente enriquece tu trabajo, lo nutre, lo hace más pleno y por lo tanto puede ser más interesante para el espectador. Entonces en ese sentido, una balada, una melodía, un clásico, un estándar, evidentemente lo pintaré y se verá distinto a un free jazz, o a una improvisación. Entonces en ese sentido hay una correspondencia plena de ambas disciplinas, y cuando se logra todo pues el final es casi siempre feliz, o cuando menos interesante de una propuesta nueva, fresca y que tenga muchas cosas que decir.


Todo tiene que ver, nada es magia pura, aunque si puede haber algo de azar, de aventura, que es parte del misterio del arte y es parte de la forma de trabajo, pero sí yo creo que básicamente como cualquier actividad, no sólo en la pintura, las horas de trabajo, la dedicación, la pasión, la entrega, es lo que te va a dar algún resultado en lo que hagas, llámese pintura, música, deporte, cualquier cosa que quieras hacer en la vida tienes que entregarte, tiene que haber esa pasión, esa chinga que llamo yo, ese trabajo diario. Ni siquiera hay secretos, ni misterios ni nada que ocultar por parte de los artistas, no existen las fórmulas mágicas para llegar a concretar tus sueños o tus ideales pictóricos o de trabajo, simplemente es ejercitarte todos los días en lo que haces. Algunas veces tendrás mejores jornadas, lograrás mejores cosas, otras a lo mejor habrá fracasos o desilusiones, pero todo forma parte de este proceso en el que vas logrando aterrizar cosas, y eso es lo importante.


Para tí, ¿qué significa ser chingón?

J:Pues justamente esa es una de las palabras más bonitas de nuestro vocabulario mexicano, que ahí ya trasciende el castellano, el español, y que juega mucho con el albur y con lo que somos, y refleja nuestra personalidad. Y efectivamente, creo que todos tenemos la oportunidad de ser chingones desde nuestra trinchera, y también en ese mismo sentido del albur y del juego eterno mexicano de que nos encanta reírnos, burlarnos de todo, hasta de nuestra desgracia. Pero también darnos cuenta que tenemos las capacidades para ser chingones en lo que nos proponemos. Tenemos grandes ejemplos de gente que lo ha logrado, y otros que a lo mejor por no atreverse, o por timidez, o por miedo, no lo intentan. Pero además también la palabra ‘chingón’, ‘chingadera’, ‘chinga’, todo eso es un verbo y un adjetivo calificativo que es maravilloso, y que si lo aplicamos para cosas efectivamente chingonas y maravillosas, pues siempre podremos seguir siendo un país de sueños, de maravillas y de gente creativa. Entonces, en ese aspecto creo que, como digo, desde cada trinchera en que nos ubicamos, desde el trabajo de cada quién, hay que seguir buscando esa superación eterna que nos lleve justamente a hacer cosas chingonas y compartirlas.


Y bueno, también es maravilloso convivir con gente chingona que a lo mejor ni siquiera sabe qué es chingona. Porque tú de repente ves una máscara realizada por un artesano que a lo mejor no sabe ni lo que hizo con ese pedazo de madera, de lámina o de cartón, y ha creado una obra maravillosa que es una chingonería, y él ni siquiera lo sabe, entonces hay que ir a decírselo para que se lo siga creyendo y siga produciendo esas maravillas que a veces nuestros artesanos logran, o nuestros músicos o tanta gente maravillosa que tenemos en la cuestión creativa y que, como digo, que sea ejemplo para todos los mexicanos, porque creo que en todos los órdenes de la vida, pero sobre todo en el arte, sí tenemos una gran tradición gente que ha trascendido y que ha permeado el mundo con la chingonería de su arte.


Entra en contacto con Jazzamoart en: Twitter y en Instagram




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